Compré 10 litros de enduído por error (tendría que haber comprado 4).
Sentí que moría intoxicada con un poderoso veneno porque la puerta que debía cerrar no cerraba desde afuera (afuera estaba yo y hacia mí venía el humo asqueroso y tóxico de la pastilla mata-todo).
Desesperada, pensé que lo mejor era apagarla: me metí en el humo y le tiré un chorro de agua a la pastilla que ardía, pero corroboré que ya estaba casi totalmente consumida. O sea que el charco sobre la pinotea (recién pulida A MANO) fue al pedo.
No miré bien en un cruce de bicisendas y casi me llevo puesta a una ciclista. Como parecía que el peligro había pasado (tuvo buenos reflejos y buenos frenos), quise decirle "perdón" y a mitad de la palabra me llevé puesto unos de los postecitos amarillos que separan los carriles de las bicisendas. Se me fue la bici al demonio.
Me quedé dormida en horario laboral.
Y después de todo eso, tiré el te que yo misma había preparado para uno de los que andan por acá.
El día aún no termina. Todavía puedo cometer muchas torpezas. Pero con esto ya puedo ir concluyendo que el temita de la mudanza me tiene cansada en todos los aspectos admitibles.
La típica entrada "proteste-ya".
OK.-
Un momento después de haber escrito esto, YO jugando con una niña de las que andan por acá, se da vuelta y se golpea (FUERTE) la cabeza contra una esquina de la puerta.
- Ey, vos, yeta que me ronda en el día de la fecha: con los chicos no, eh! ¡NO!
OK.-
Un momento después de haber escrito esto, YO jugando con una niña de las que andan por acá, se da vuelta y se golpea (FUERTE) la cabeza contra una esquina de la puerta.
- Ey, vos, yeta que me ronda en el día de la fecha: con los chicos no, eh! ¡NO!